Relat(iv)o: Sangre ajena



Sangre ajena 

Tuve que correr aterrorizado en mitad de la noche a lavar mis manos y quitar lo que había dentro de mis uñas: "Limpiarte la sangre que te había dejado un nefasto mosquito, no es una cosa agradable antes de conciliar el sueño". Luego, intranquilo, me atormentaba pensando antes de dormir que, esa sangre que intenté rechazar y limpiar, no es de una criatura repugnante sino de Mí mismo. Enloquecí ante el terror de creerme convencido que: 

"Nuestra sangre nunca debería salir de nuestro cuerpo". 

Desde entonces he quedado condenado con las ideas que me perturban, y, cuando me siento amenazado de nuevo por esos seres alados, diminutos y enormes que me acompañan robándose la sangre qué les es ajena... Tuve que correr aterrorizado a mitad de la noche a lavar mis manos y quitar lo que había dentro... 

grEgOry

Comentarios

Entradas populares