"Estrofas" por Juan Antonio Pérez Bonalde (1877)

el joven Pérez Bonalde cuando militaba en "Los Azules"


Algunos poemas incluidos en su primer poemario llamado "Estrofas" publicado en 1877.

A Cándida

Tus Ojos

Entre mi vida de enojos
Y tus clarisimos ojos,
Hay una gran relación,
Pues son, en su semejanza,
Grandes como mi esperanza,
Negros como my aflicción.

PENSANDO EN TI

              Romanza

Como un meteoro que en raudo vuelo
Pasa, de lumbre bañando el cielo;
Antes mis ojos apareciste
Por vez primera, niña gentil...
Y al alejarte, quedéme triste,                              
Pensando en tí

Vi la sonrisa del sol naciente;
Vi sus reflejos en Occidente,
Cuando reclina la sien, rendido,
Sobre cojines de oro y safir...
Y ambas escenas me han sorprendido                               
Pensando en tí

Ah! no es de ahora que por tí el alma,
De amor henchida, perdió su calma;
Que allá en mis sueños, ántes de verte,
Cual astro en noche te ví lucir...
Y así vivia, sin conocerte                               
Pensando en tí

Si; te recuerdo des que era niño;
Tú eras el ángel de las alas de armiño
Que me anunciaba la madre mía
Cuando en sus brazos me iba á dormir...
Y, sin saberlo, me adormecía                                
Pensando en tí

Ah! si entre zarzas, oculta y fria,   
Junto á una tumba pasas un día,  
Y en ella miras mi nombre escrito...    
Dí que mi alma, niña gentil,   
Tendió sus alas al infinito                               
Pensando en tí


ERROR!

Yo feliz !....Yo en la aurora !...
Yo adorado !...
Oh ! qué dulce mentira ! ...
Nadie sabe
Que en este triste corazón no cabe
El tesoro de amor, sino soñado!

Soñar ! siempre soñar ! y luego ... luego
A la triste verdad abrir los ojos !...
Soñar con el placer, y hallar enojos,
Soñar la luz, y despertarse ciego !

Yo dichoso y amado ! ...
Si pudiera
Alguien bajar al fondo de mi alma,
Al verla aislada, sin amor, sin calma,
Perdida la ilusión, retrocediera !

Ah ! tú no lo comprendes ... no imaginas
En tu risueña juventud de lirio,
Que es para el alma roedor martirio
Rosas sembrar y recojer espinas,

Mas ay ! tal vez un día infortunado
Sabrás, mi dulce bien, cuanto te he amado !...
Sabrás entónces lo que nadie sabe:
Que en este triste corazón no cabe
El tesoro de amor, sino soñado !

Pérez Bonalde
(1877)

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